En la actualidad y debido al ritmo de vida que llevamos, las consultas por ansiedad y síntomas relacionados con ella son de las más frecuentes y habituales en los centros de salud. La ansiedad es un término global y la definimos como ese estado emocional caracterizado por sentimientos de temor, tensión y sufrimiento ante un peligro que se supone va a suceder.
En ciertas ocasiones los efectos de convivir con la ansiedad puede derivar en malos hábitos alimenticios, de los que muchas veces no somos ni siquiera conscientes, y provocar lo que llamamos ansiedad por comer, comer por ansiedad o hambre emocional, una alteración cada vez más frecuente en nuestra sociedad y que vamos a detallar en este post. Por eso es fundamental saber detectar y controlar la ansiedad.
¿Muchas veces estando en casa, empiezas a comer algo compulsivamente sin saber por qué?, ¿a veces sientes que te resulta casi imposible poder parar y/o controlar la ansiedad por comer y comes sin freno aun sabiendo que no deberías?, ¿habitualmente ingieres alimentos poco saludables sin apenas tener apetito, tras un impulso irrefrenable?
¿Por qué ocurre esto?
Cuando hablamos de ansiedad por comer nos referimos a ese estado en el que la persona come sin tener hambre real y de manera objetiva.
La ansiedad por comer se caracteriza porque la persona que la padece siente una gran necesidad de comer, necesidad que aparece de forma impulsiva e incontrolada. La persona siente que necesita comer, aunque realmente no tenga hambre, para poder satisfacer “algo” que le está perturbando. Y ese “algo” se traduce en un conflicto emocional que no está resolviendo de forma adecuada, por tanto, el sujeto come para saciar unas necesidades emocionales y nunca físicas.
El problema aquí, no son los alimentos que la persona ingiere, sino las causas que hacen que comamos de manera compulsiva. La persona entra en un círculo vicioso del que no puede salir:
- La persona come porque esto hace que se sienta bien a corto plazo, y es que el acto de comer libera numerosos neurotransmisores como la dopamina que nos hacen sentir placer.
- Al poco tiempo, la persona se vuelve a sentir mal, de nuevo con ansiedad, ¿por qué? porque la causa real y principal no se ha solucionado para nada con la comida ingerida y además se le añaden los posibles sentimientos de culpabilidad, vergüenza y remordimientos por el acto anterior que ha servido para poco.
- ¿Resultado? más ansiedad. Y así empezamos de nuevo el ciclo.
Síntomas y Causas
Ahora que sabemos algo más de la ansiedad por comer vamos a ver las causas más habituales que la pueden provocar:
Baja autoestima
Las personas con baja autoestima e inseguras se sienten insatisfechas de forma habitual y cuando les acecha la incertidumbre y la sensación de vacío, procuran llenar este vacío, muchas veces con la comida.
Mala gestión de las emociones
Las emociones tienen un peso mucho más importante del que podemos imaginar a veces en casos de ansiedad por comer o en cualquier otro tipo de trastorno alimenticio y tradicionalmente se nos ha enseñado que las emociones negativas no tienen ninguna utilidad más allá que la de hacernos sufrir. Ya sabemos que esto es falso, por lo que una mala o errónea gestión de las emociones básicas, como esconder, reprimir y/o contener, lo único que va a conseguir es mantener el problema.
Exceso de autocontrol
Si estamos continuamente reprimiendo o controlando las ganas de comer, a veces conseguimos el efecto rebote, esto es, la persona se derrumba y termina comiendo grandes cantidades de comida en un espacio de tiempo muy reducido.
Entender la comida como exclusiva fuente de placer
Degustar una buena comida es un placer nada despreciable. Sin embargo, cuando solamente encontramos el bienestar a través de ella, convirtiéndola en la “responsable” de nuestra satisfacción, nos encontramos ante un problema.
Te Invito a leer mi post «7 Maneras de como manejar la ansiedad alimentaria » para encontrar. consejos útiles a la hora de enfrentar esta situación.